Noelia Mota
Noelia Mota ha sido elegida ‘Personaje del Año’ de la gala de ‘Populares’ por ser la única rejoneadora de España, donde se unen sus enormes cualidades y su garra con el público, además de contar con una amplia cuadra de caballos bien preparados para salir al ruedo.
Aunque nació en Leganés y se crió en Tarancón, a sus veintidós años cuenta con una gran trayectoria, toreando este año más de cincuenta corridas por toda España, lidiando 107 reses, por las que ha conseguido, hasta octubre, 138 orejas y 19 rabos. Lejos de acabar la temporada, que arrancó en el mes de abril, continúa afrontando compromisos, lo que podría llevarla a acabar la primera del escalafón por las ovaciones y vueltas al ruedo conseguidas.
Gran parte de su recorrido se ha podido ver a través de una exposición de fotografía, pintura y curiosos objetos y trajes taurinos en Tarancón, destacando el primer caballo de salida de la rejoneadora, que le dio muchos triunfos en el verano de 2008, seguido de su alternativa, junto a Diego Ventura, el pasado agosto en la Feria de San Julián de Cuenca.
Entre los percances más graves, se encuentra el que le causó politraumatismos durante una corrida en Marbella el pasado año, donde la joven amazona consiguió salir de un coma inducido y recuperarse por completo. La desgracia sobrevino cuando el caballo que montaba Mota, ‘Piri-Piri’, perdió pie a la salida de un par de banderillas y provocó una aparatosa caída de la rejoneadora, que se golpeó bruscamente contra el suelo y sufrió además el peso del animal sobre ella.
Hizo su reaparición en los ruedos en Navalmoral de la Mata, donde irrumpió en la plaza al tiempo que dos palomas blancas sobrevolaban el recinto y entre una nube de confeti, brindando su primer toro a su padre, a su madre y a su hermano, cortando las dos orejas y el rabo.
En el festejo de la Feria de Tomelloso, Noelia Mota también tuvo una brillante actuación, recibiendo cuatro orejas y un rabo, tras matar de un pinchazo a su primero y dos rejones de muerte en su segundo.
La joven consiguió el aplauso del coso por su peculiar forma de torear, sobresaliendo en rejones de castigo, tres pares de banderillas y tres cortas que lucidamente le puso a cada uno de los enemigos.
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