martes, 1 de marzo de 2011

EDITORIAL - Las lenguas sirven para entenderse...

Las lenguas sirven para entenderse, 
algo que empieza a ocultarse en el Senado

        Cuando todas sus «señorías» hablan y entienden perfectamente el castellano, acaba de inaugurarse en el Senado el sistema de traducción simultánea, similar al del Parlamento Europeo en donde no rige una lengua oficial. A partir de ahora, los representantes públicos tendrán que  utilizar pinganillos en las sesiones plenarias para entenderse, algo absurdo y un «capricho» que supone un coste anual de trescientos cincuenta mil euros para pagar los gastos de traductores, así como los viajes y dietas que lleva consigo. 
        Esta medida se ha tomado, previsiblemente, por las presiones de los partidos nacionalistas, aunque representen una minoría de la Cámara, quienes han celebrado, junto al Gobierno central, la reforma del Reglamento en cuanto a pluralidad lingüística. Quizá, se han olvidado de que las lenguas sirven para entenderse y que el castellano es hablado por más de cuatrocientos millones de personas en todo el mundo. Ahora, lamentablemente, el separatismo tiene un poder y hace un flaco favor a un mundo globalizado y de valores, donde se debe compartir proyectos e intereses comunitarios.
        Al día siguiente de darse a conocer esta noticia, la mayor parte de la cabecera de los periódicos «nacionales», polemizaron sobre la actuación parlamentaria y su enorme irracionalidad, como si no hubiese otros problemas que tratar. Incluso, desde los diferentes foros de Internet, se desatan burlas y chistes respecto a la necesidad de traductores cuando existe un idioma común.
        Por otro lado, es poco entendible que los responsables económicos de este hemiciclo digan que han recortado el presupuesto del Senado, cuando han tenido que incluir una partida que, a todas luces, es injusta. «Manda huevos», con perdón, que se les esté exigiendo un esfuerzo económico a los españoles para superar la crisis económica que azota a España, en la que se habla de más de un millón de familias sin  ningún tipo de ingresos por tener a todos sus miembros en paro.
        Todos los pensadores coinciden en que la lengua está para entenderse y no para hacer separatismo, por ser la mayor identidad de España, donde no hay que desdeñar los dialectos de cada una de las regiones, al estar íntimamente ligado a la cultura y a las tradiciones. Sin embargo e incidiendo en este asunto tan peliagudo, en otros países latinos se hace una apuesta por el castellano, valorando la figura de Cervantes y poetas como Juan Ramón Jiménez, cuando decía: «Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas».
        Incidiendo en la funcionalidad del Senado, hay voces que se cuestionan la existencia del mismo y piden el cambio de la Constitución para llegar a una única cámara, el Congreso de los Diputados. De lo contrario, se le debería dar más competencia territorial, para conseguir un marco de auténtica referencia en aras a cada una de las regiones, como Castilla-La Mancha.

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