jueves, 25 de agosto de 2011

SUCESOS - El suicidio de José Ángel García, Vicente Poveda y Julia Sevilla sobrecogen a la población


El suidicio de José Ángel García,
Vicente Poveda y Julia Sevilla sobrecogen a la población



Dos días negros

        En menos de cuarenta horas, Tomelloso ha sido punto de atención tras hallarse ahorcados a José Ángel García y Vicente Poveda, además de la intoxicación de Julia Sevilla. Desgraciadamente, este año ha sido trágico tras registrarse otros dos suicidios que han traído la consternación.

        El suceso que más ha sobrecogido a la población fue la desaparición de José Ángel García Tinajo (de 21 años de edad), cuando en la madrugada del 18 de julio se ahorcaba en el interior de una cochera del cercado de sus padres, situado en la calle ‘Los Zagales’.
Se tuvo constancia de lo sucedido a raíz de que su madre, María del Carmen, lo echó en falta a primera de horas de la mañana del lunes, tras comprobar que el malogrado no había ido a dormir. Ante la preocupación, llama telefónicamente a Patricia Romero, su novia, a quien le pone en conocimiento la ausencia, contestándole que lo desconoce dado que él la había dejado en su casa, tras haber visitado las fiestas del Barrio del Carmen, sobre la una de la madrugada, como un día más.

Localizado sin vida en un cercado
        Ante la incertidumbre, Patricia, de 22 años, acude inmediatamente a la calle José María Cepeda, domicilio donde vivía el José Ángel junto a su familia. Al instante, ambas optan por ir al mencionado cercado donde guardaba habitualmente el coche, hallándolo sin vida en una viga. La realidad fue que, sólo la prometida lo vio perecido, quien impidió la entrada de su suegra para que no percibiera el estado de su descendiente.
        Al instante alertan al Servicio 112 y los cuerpos de seguridad, como la Guardia Civil y Policía Local, quienes se personan inmediatamente, siendo levantado el cuerpo por órdenes judiciales y trasladado al Tanatorio ‘Virgen de las Viñas’, donde se le practicó la auptosia, verificando que la muerte de José Ángel fueron por las causas esgrimidas.
        Conforme se extendió la noticia, el edificio de servicios funerarios se abarrotó de dolientes, familiares, compañeros y amigos del desafortunado, quienes se mostraron impresionados por lo acaecido, sin entender las causas que había tenido para quitarse la vida. A las pocas horas, llegaba su padre desde Ceuta, donde trabajaba, totalmente dolorido por tan increíble pérdida.
        Al día siguiente, en la Iglesia de ‘Los Ángeles’ se celebró el sepelio para después recibir cristiana sepultura en el Cementerio Municipal, donde acudieron cientos de vecinos para rendirle el último adiós a José Ángel.
        Cabe destacar que el desaparecido tenía anunciada su boda para diciembre, habiendo contratado banquete en un conocido salón de bodas de Tomelloso. Era diabético, tenía una hermana, trabajaba en Repuestos ‘Auto-moto Tomelloso’ y le gustaba practicar el cicloturismo a través el Club ‘Tombike’.

Se suicida el anciano Vicente Poveda
        Cuando aún no se había asumido la triste desaparición, al día siguiente se quitaba la vida en similares característica Vicente Poveda Quevedo, un jubilado de ochenta y cinco años de edad.
        Supuestamente, todo ocurrió en su domicilio de la calle San Roque, cuando cerca de las nueve de la mañana su hija lo hallaba colgado de una soga en un trastero de la casa donde residían.
        A pesar de la avanzada edad, fue un acto que conmocionó y tras practicarle la auptosia en el Tanatorio ‘San José’, al siguiente día recibía cristiana sepultura a la que también acudieron numerosos familiares, vecinos y más allegados en solidaridad con la familia.

Muere por una sobredosis
        Después de los dos casos, un nuevo golpe soliviantó a la población tras conocerse que, el 20 de julio, Julia Sevilla López moría fruto de una intoxicación de barbitúricos.
        Haciendo un pequeño relato del suceso, tenía lugar sobre las ocho y media de la mañana en su domicilio de la calle Hernán Cortés, cuando el marido de la víctima, Ángel Gil, y su hija, Ana, oyeron desde la cocina un fuerte golpe en el salón y acudieron inmediatamente para ver lo sucedido, encontrándose a Julia tirada en el suelo inconsciente y sin pulso.
        Al instante, alertan al servicio 112, que llegaron a los pocos minutos sin que pudieran hacer nada para salvar su vida, siendo trasladada al Tanatorio ‘Virgen de las Viñas’, donde el resultado de la auptosia certificó que el fallecimiento fue causado por el exceso de las pastillas ingeridas.
        Al día siguiente, fue enterrada con la particularidad de no pasar por la Iglesia para celebrar una misa en su honor, lo que no impidió que numerosos familiares y vecinos le acompañaran para dar el pésame a los condolientes.
        Señalar que Julia tenía cuarenta y ocho años, fue profesional de enfermería y actualmente estaba jubilada por problemas psiquiátricos. Además, se tiene constancia que todo lo tenía preparado dado que un día antes se despidió de los familiares más directos.

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