sábado, 25 de febrero de 2012

ARTICULISTAS - Habla pueblo habla. No dejes que nadie decida por ti (Jarcha) - Jesús Lara Serrano


JESÚS LARA SERRANO
Escritor y agricultor

Habla pueblo habla.
No dejes que nadie decida por ti (Jarcha)

        Si pensamos que unos políticos y sus economistas, por negligentes e ineficaces, nos han metido en un laberinto del que no saben sacarnos debemos decirlo con toda claridad, ya que los dirigentes, parece, han dejado hasta el agotamiento, las arcas públicas en las distintas administraciones no están dispuestos a pedir ningún tipo de perdón.
        Tampoco se justifican los que nos han conducido de tener un millón ochocientas mil  parados, que arrastrábamos, a los más de cinco millones de personas sin trabajo en edad laboral. En el pasado teníamos el paro técnico normal y el añadido por don Felipe González en Andalucía y Extremadura durante su mandato. Paro subvencionado que me ha parecido siempre anticonstitucional porque solo se aplicaba en dos zonas del país. Y el de los “racas” de toda la vida, que sumados  todos, nos daba siempre la cifra más alta de paro de la Europa moderna. No pasaba nada. Ahora ya va “pasando”. Además de seguir siendo los campeones del paro laboral de nuestra querida Europa y por supuesto, no recuerdo si era este el tema, pero en personas en busca de empleo, si pasamos a Italia y a Francia, lo digo por nuestro anterior presidente, Rodríguez Zapatero, que  decía que era un experto capitán de barco para gobernarnos, y un gran especialista en horticultura, él y su equipo de poder, preveían brotes verdes con mucha antelación.
        Cuando en este país la burbuja de la construcción -el gran invento- a lo salvaje se instaló con el patrocinio de todos los poderes, los españolitos de a pié, pensábamos que lo tendrían todo controlado, incluso, se nos decía, que llegado el momento, el globo se desinflaría de tal forma que aterrizaría suavemente. Entraron, bajo bendición gubernamental, muchos millones de personas del exterior, por el lógico proceso de mejorar su sistema de vida, que por cierto, visto lo visto, no debían haber pasado porque se utilizaron para construir cosas que solo tenían una demanda artificial. Por ejemplo: trenes con tramos de alta velocidad, en los que solo viajaban nueve pasajeros diarios. Al igual que algunos aeropuertos recién construidos sin movimiento de pasaje, viviendas sin vender y una banca inflada de personal, locales comerciales, hipotecas y directivos, que de estos últimos, muchos parecen inútiles y bastante aprovechados, algunos de ellos ahora desaparecidos parece que tendrán problemas serios con la justicia.
        A un buen número de ciudadanos nos gustaría que estas entidades bancarias, llamadas cajas de ahorros, que son de los españoles todas pasaran a formar una gran banca nacional, que sí diera créditos a  proyectos ilusionantes.
       Si de todas formas vamos a pagar las reconversiones y salarios a presidentes de un millón de pesetas (1) al día, hagámoslo con imaginación, incluso, pagando salarios y blindajes un poco más normales a los directivos, o que escandalicen menos a las familias que lo están pasando mal. Por sus obras ya los conocemos. Es verdad que necesitamos gobernantes austeros, sin dudosos ingresos y patrimonios sin demasiada  justificación; y que se expulse a responsables de administraciones que han dejado las arcas vacías, coincidiendo muchas veces su inutilidad con la colocación de palmeros bien pagados. Junto a contrataciones de funcionarios sin medida y la creación de fundaciones y organismos oficiales inútiles, reducirlos ahora produce paro.
       Todo esto ha sido sufragado como es lógico, con nuestro dinero, o prestado, con el resultado de hipotecar el desarrollo presente y futuro. Ahora los millones de parados que no han roto ningún plato, jóvenes y mayores, necesitan trabajo e ingresos ya. Deberíamos plantearnos si tenemos que salir o no del euro ahora mismo; si hay que promocionar y proteger nuestras producciones nacionales para conseguir creación de puestos de trabajo, frente a lo importado, antes que nada; si hay que favorecer el retorno de los emigrantes a sus países de origen que no tengan contrato laboral. No les digo el valor aproximado de las divisas que han enviado estos trabajadores a sus países la última década, porque se van a asustar, por un trabajo que, o no debiera haberse hecho, o tendríamos que haberlo realizado nosotros sin que por ello perdiéramos los anillos. Seguramente que ahora nuestra economía tendría signos distintos.
       Se decía, en un pasado reciente, que ocupaban puestos de trabajo que nosotros como éramos delicados, ricos e inteligentes, no queríamos hacer. También debemos promocionar nuestro sector turístico como nunca y controlar sus posibles abusos, así como proteger la seguridad de nuestros visitantes de forma extraordinaria. El país tiene que ser una balsa de tranquilidad para los que viajan hasta aquí. Lo podemos conseguir, porque jamás la sociedad ha tenido tantos medios para producir, ni personas tan bien preparadas. Porque no hemos sufrido catástrofes, ni guerras, solo parece que hemos soportado una plaga de incompetentes muy extendida, pero que para bien de todos se deben  intentar controlar.
       Hay que dejar de meter miedo a la gente, con tanto “coco” y ponerse a trabajar con inteligencia, honradez, austeridad y muchas ganas para salir del escollo donde estamos actualmente.
                                                                                                                                  

(1) peseta: antigua moneda oficial del país, soñada y añorada por muchas personas.



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