jueves, 19 de mayo de 2011

Articulista - Culpables somos todos - Martín Alsina

Culpables somos todos


        En mi modesta opinión, la Salud Pública se basa, fundamentalmente, en un trípode formado por aquellos que son los encargados de gestionar los recursos económicos, los referidos a infraestructura y equipamiento y a los recursos humanos. Los profesionales, tanto de Atención Primaria como Especializada, y los clientes, es decir nosotros, antiguamente llamados pacientes.

        Aquellos dedicados al área de Gestión, estoy seguro que deberían ser individuos  capacitados en dichas funciones, fundamentalmente con sentido común y experiencia, para poder tomar decisiones que conduzcan a lograr objetivos, de la forma más eficaz y eficiente, independientemente de amiguismos o color político. Lamentablemente esto, como sabemos no ocurre con la frecuencia necesaria, lo cual ocasiona «errores de gestión», que de alguna manera aumenta el gasto en salud, que luego pagamos todos.  Seguramente en la Escudería Ferrari, por más que tengan un familiar cercano, que conduce muy bien un modelo de «la casa», no lo suben a pilotear un Fórmula Uno. Eligen a un número uno, que no es de la familia, que no es italiano, y que, seguramente, ni siquiera habla de temas políticos. Por todo eso Fernando Alonso, conduce un coche de la escudería. Y así mil ejemplos más.

        En cuanto al tema de los Profesionales, creo que el mayor problema,  en nuestro sistema tal como está, lo veo más complicado en Atención Primaria. Es el primer eslabón y que por diferentes y variados motivos no está funcionando como corresponde. Desde que se creó el Hospital de Tomelloso, esto se hizo más evidente.  Se deriva para «valoración», más de la cuenta, sin a veces haber reconocido al paciente. Que nadie se sienta ofendido, pero casos hay muchos y como siempre pagan justos por pecadores. Esto genera una sobrecarga de trabajo en algunos servicios, fundamentalmente Urgencias, porque por allí ingresa todo;  obviamente  también se ayuda a incrementar el déficit existente. Me llamó la atención un caso que me relataron, y valga como ejemplo. Envían desde Atención Primaria de Socuéllamos a un señor por presentar «síndrome febril», de treinta y tantos años, en ambulancia, para valoración. El paciente tenía «amigdalitis» y obviamente regresó de donde vino en ambulancia.  Saquen ustedes sus propias conclusiones. Según comentarios casos como estos hay muchos.

Los clientes, usuarios, pacientes, «los mandados», es decir «nosotros», tendríamos que educarnos  y concienciarnos un poco más en el tema de salud, porque el uso indiscriminado o el mal uso de los medios, hacen que estos cada vez sean más escasos, de tal forma, que de seguir así nos carguemos a la Salud Pública. Ejemplos muchísimos. Donde más se ven es en Urgencias, porque como antes mencioné por allí pasa todo y de todo. Dolores de todo tipo, de 10 o 15 días o, a veces, más de evolución. Dolores de muelas. Controles de la tensión. Solicitar adelantos de turnos para Especializada. Alcoholizados.  Hay muchos  ejemplos más. Pero se tiene que entender que todas estas situaciones, son perjudiciales, para aquellos que concurren a las urgencias porque realmente lo necesitan. Para ayudar a que el sistema funcione, tenemos que aprender a canalizar las cosas por donde corresponde, y dejar de ser «unos mandaos».

         Es evidente que éste trípode está fallando y hay que tomar medidas cuanto antes, en todos los niveles. Que la gestión la realice gente capacitada.  Que los profesionales hagan algo más que la «medicina defensiva» y se involucren más con los pacientes. Y nosotros, no nos creamos que porque todo es «gratuito», es ilimitado. No nos olvidemos que uno de los nutrientes de la Salud Pública son los aportes de los que trabajan, y hoy por hoy, no hay que olvidar que cinco millones de personas carecen de trabajo y que las arcas de nuestra Comunidad Autónoma, como tantas otras, no está para hacer derroches ni mucho menos.



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