Entre los accidentes más sorprendentes, se encuentra el del tomellosero, Alejando Carretero Heredia, al fallecer como consecuencia de un paro cardiaco tras precipitarse extrañamente desde uno de los balcones del hotel de Kutiasi (Georgia), donde se encontraba alojado junto a otros compañeros de trabajo.
Parece ser que la causa del suceso fue a consecuencia de la inesperada trompa de aire en la noche del domingo tres de abril, lo que supuestamente hizo que perdiera el equilibrio y se despeñara al vacío desde una altura de unos cinco metros, quedando excesivo tiempo herido en el suelo hasta que, una empleada de la hostelería dio la voz de alarma a los compañeros, quienes avisaron a los servicios médicos.
Ingresado en Urgencias del Hospital más cercano de Kutaisi, fallecía unas horas después víctima de un infarto de corazón, donde los facultativos no pudieron hacer nada para salvar su vida, aunque podía haber tenido más posibilidades de sobrevivir si hubiese sido atendido por un adecuado centro.
La noticia de la defunción fue comunicada inmediatamente al titular de la empresa local ‘ANRO’, Rafael Rodríguez, quien se personó acto seguido en la casa de la familia del fallecido para transmitir a su esposa y tres hijas lo sucedió, haciéndolo extensivo igualmente a los compañeros de trabajo.
Tras realizarle la auptosia, se repatriaba el cadáver a España, siendo trasladado a Tomelloso el viernes para que, al día siguiente, recibiera cristiana sepultura, a la que acudieron numerosos familiares, compañeros y más allegados del malogrado. Mientras, la solidaridad de la empresa donde trabajaba ha sido total, haciéndose cargo de todos los gastos y tramitaciones para el retorno de Alejandro a su ciudad natal.
Cabe señalar que, cuando se localizó al desafortunado, estaba consciente y exponía que «todo había sido culpa del aire», ya que, en ese momento, se produjeron fuertes vientos huracanados de más de cien kilómetros hora.
Haciendo un pequeño periplo profesional de Alejandro Carretero, de cincuenta y cuatro años de edad, decir que una de sus primeras tareas laborales fue en la oficina de la desaparecida empresa ‘Transportes Morago’, luego ocupó otras responsabilidades como en ‘ANRO’, en la que estuvo en varias etapas como oficial soldador y montador de estructuras metálicas. Igualmente fue colaborador de la revista ‘PASOS’, a mediados de la década de los noventa, como reportero y publicista.
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