Es hora de cambios profundos
El 22 de Mayo la mayoría de los ciudadanos de Castilla-La Mancha decidieron que había que realizar un cambio de rumbo profundo; terminar con la hegemonía del PSOE en la Comunidad Autónoma desde hace veintiocho años. Esta situación trae aparejada una gran ilusión por ir recuperando paulatinamente elementos esenciales para mejorar la calidad de vida de los castellano-manchegos. Dada la situación actual de España en general y en particular de Castilla-La Mancha parece que no va a ser una tarea sin sobresaltos.
Dentro de este marco, Sanidad, obviamente, no está exenta. Hay muchísima tarea por delante, la cual tiene que ser llevada a cabo con la mayor sensatez y sentido común, para que este logro social, tan importante, no se pierda.
Demás está decir, que aquellos que sean los elegidos para dirigir la Consejería, deben ser los más idóneos, dado que el trabajo a realizar requiere de personas con conocimiento profundo del tema, templanza y valor; que estén preparados para tomar las decisiones más adecuadas en los diferentes momentos y situaciones. No es tiempo de “improvisados”. El tiempo no sobra; tienen que pensar que dentro de unos meses rinden un nuevo examen, y lo que se haga en este tiempo, podrá influir en el resultado. Y, de igual manera, ocurrirá dentro de cuatro años. Dada la actual coyuntura que atraviesa nuestra Comunidad Autónoma, dentro del entorno global de España, se me ocurre que cuatro años son pocos, para hacer que, por un lado las cosas se encaucen y por otro, cumplir con todo lo prometido. Todo lo cual indica que no puede haber distracciones ni vacilaciones. Sólo compromiso total y absoluto.
Todo aquello que esté desangrando a la Salud Pública, desde adentro o desde fuera de la misma, hay que extirparlo lo antes posible. No son tiempos para seguir despilfarrando el dinero del erario público en gastos desmedidos e innecesarios, como algunos escritorios fútiles, solamente justificados en amiguismos trasnochados, distribuidos por doquier. Hay que crear y ejecutar programas serios, operativos y fiables de Atención Primaria y Atención Especializada, para que toda la actividad que se desarrolle sea de la mayor excelencia, y así lograr que con el tiempo sea beneficiosa y redituable para la perpetuidad del sistema sanitario, sin que ello vaya en desmedro de pacientes o trabajadores (sin copago, ni disminución de salarios).
Habrá que pensar, para seguir teniendo un sistema de salud sostenible, en algunas variables que puedan reducir el deterioro del mismo, en cuanto al gasto innecesario. Quizás una de ellas podría ser la “internación domiciliaria” para determinados pacientes de la tercera edad, por nombrar un ejemplo.
Transmitir hasta el hartazgo, a los usuarios del sistema de salud, para que sirven y como hay que usar los diferentes servicios. Deben aprender a hacer un uso responsable de los mismos. Tienen que entender que no son infinitos. Educar, también es una forma de ahorrar dinero. Hay cosas que ya fueron tomadas, como derechos adquiridos, debido a una gestión inadecuada, que hizo del derroche un hábito, y que solo ha logrado con el trascurso del tiempo ir aumentando el gasto y el deterioro progresivo de las cuentas de la Sanidad.
De toda esta problemática, no deben quedar exentos los profesionales de la salud, ya que su buen accionar, en los diferentes ámbitos, sin lugar a dudas, contribuye a disminuir el gasto. Parafraseando al Presidente del Colegio de Médicos de Ciudad Real, en un artículo publicado, “los profesionales sanitarios también tenemos que aportar nuestro grano de arena a la sostenibilidad de la sanidad, siendo conscientes de que cada decisión diagnóstica o terapéutica, conlleva a un gasto. Debemos dejar de lado los protocolos basados en “medicina defensiva” y buscar los mejores resultados para los pacientes”. A lo que agregaría, las derivaciones y traslados en ambulancias que se realizan sin justificación alguna, o el uso de la ambulancia-taxi.
La Sanidad hoy por hoy, está más para una unidad de cuidados intensivos que para jugar en el parque. Es por ello que las nuevas autoridades tendrán que afrontar a la mayor brevedad posible, y con las mejores armas disponibles profundos cambios en su estructura organizativa y de ejecución, para que el sistema sea sostenible, eficaz y eficiente. Por el bien de todos.
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