La Ley Anti-tabaco está asfixiando al mundo hostelero, debido a las grandes pérdidas económicas y al cierre de muchos locales. Para intentar el cambio de la normativa, se están recogiendo firmas. Mientras, los fumadores pasivos se felicitan por conseguir espacios sin humo.
PABLO ORTIZ
A pesar de que la disposición se está cumpliendo mayoritariamente, se habla de un considerable número de bares en la provincia de Ciudad Real que no la respetan; además, los responsables del sector denuncian el incremento de los ruidos y el aumento del «botellón» para hacer el «cigarrón» en las vías públicas. Por contra, los vecinos se cuestionan el aspecto deplorable de las calles por la invasión de colillas.
Firmas para derogar la Ley
Mientras, la Federación Española de Hostelería y la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería, se tachaba la Ley Anti-tabaco como una de la más duras y restrictivas de Europa, que está provocando inmensas pérdidas y cierre de locales, como es el caso de Tomelloso. Todo ello, está conllevando la recogida de firmas para llegar a un mínimo de quinientas mil, a nivel nacional, para que el Congreso de los Diputados la derogue o modifique, como lo han hecho otros países de la Unión Europea (UE).
Cabe recordar que las sanciones por fumar van desde los 600, en el primer aviso, hasta los 10.000 euros en el segundo.
Los no fumadores aplauden la normativa
Los fumadores pasivos aplauden la proliferación de locales sin humo para evitar los perjuicios del consumo de tabaco, un hábito declarado como droga en 1974, además de ser una de las peticiones del sector social.
Según los datos de enero, la Ley ha influido decididamente para fumar menos, incidiendo el aumento de quince céntimos de euro por cajetilla de tabaco. Esta realidad, hace que el objetivo de las tabacaleras sean los jóvenes, debido a que el inicio al consumo es de trece años de media en España.
Haciendo un recorrido de la Ley contra el tabaco, surge en 2006 para alejar los cigarrillos del trabajo y crear obligatoriamente espacios diferenciados de fumadores en las cafeterías y restaurantes, lo que implicó realizar nuevas infraestructuras (con las consiguientes pérdidas económicas), que apenas tuvieron efecto. A partir de este año, la medida se aplica en todos los locales hosteleros, en centros públicos como los hospitales, donde es obligatorio fumar lejos de la entrada, aunque no esté señalizado adecuadamente; tampoco se puede fumar en los parques infantiles o en los aeropuertos, estando permitido tanto en cárceles y residencias de la tercera edad, así como en un treinta por ciento de habitaciones de los hoteles.
Desde la UE se está estudiando la puesta en marcha de leyes para todos los países miembros, con el fin de regular el control de los aditivos que se agregan a los cigarrillos. Entretanto, el Ministerio de Sanidad a anunciado que, a partir de mayo, aparecerán fotos impactantes en las cajetillas de tabaco con el fin de disuadir a los fumadores.
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